CODEPU frente al asesinato de dos jóvenes en Valparaíso: “derecho de propiedad no puede ser más importante que el derecho a la vida”

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Diego Guzmán y Exequiel Borbarán

Amplio repudio y una enérgica demanda de justicia ha suscitado el asesinato de los jóvenes estudiantes Exequiel Borbarán Salinas y Diego Guzmán Farías, a manos de un civil que les disparó con premeditación y alevosía en un incidente generado al término de la marcha estudiantil. Con el correr de las horas se ha podido saber que la violencia se desató con motivo de la pintada de un grafiti en la muralla de la vivienda del asesino, el que -según algunas versiones-, fue realizado por un tercer manifestante y no por los jóvenes baleados.

Frente a este alevoso asesinato, CODEPU emitió un comunicado donde repudia el hecho y hace notar la grave distorsión ética que implica: “ El derecho de propiedad no puede ser más importante que el derecho a la vida y a la integridad física de las personas”, exigiendo a continuación una investigación del Ministerio Público, “que esclarezca los hechos y haga justicia, para que esta situación no pueda volver a repetirse.

Finalmente CODEPU hace notar que Exequiel Borbarán y Diego Guzmán formaban parte de un movimiento estudiatil que desde hace más de 10 años viene movilizándose en contra de la educación de mercado, impuesta por la dictadura. Para enfrentar esta lucha, el Estado y la elite que lo controla ha utilizado todo tipo de maniobras que van desde reformas cosméticas hasta la violencia policial desatada. En esta década se han verificado detenciones masivas, que han superado el medio millar de arrestados en algunas jornadas; golpizas brutales y abusos de connotación sexual en contra de jóvenes detenidos; varios secuestros con tortura «al viejo estilo», en uno de los cuales se vieron involucrados agentes de la PDI; personas que han perdido ojos por efecto de disparos de balines de la policía y varios adolescentes que han sufrido graves lesiones por accidentes durante las tomas de establecimientos.

Los dos jóvenes ultimados en Valparaíso, son una víctima más no solo del criminal que apretó el gatillo, sino de la élite que defiende tenazmente un modelo de educación que le permite reproducirse y que solo está dispuesta a cambiar en la superficie. En tanto las movilizaciones y  demandas sociales amenazan los pilares del actual modelo, como la educación de mercado, la violencia se desata, las más, por parte de agentes del estado, pero también por civiles.

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