El voto favorable obtenido en la Comisión de Legislación, Constitución y Justicia es un importante paso para obtener la libertad de los presos políticos de la revuelta.
Es un paso, el primero para establecer principios de justicia pese a los intentos negacionistas de algunos personeros que han intentado asimilar la categoría de prisión política con violentismo y delincuencia.
Dado lo anterior es necesario rescatar algunos elementos fundamentales.
El primero de todos es que, los cambios políticos saludados por las mayorías de los pueblos en torno al proceso constituyente fueron detonados por los sucesos del viernes 18 de octubre.
Es un hecho innegable y claro que el proceso en curso no se consiguió a través de la solicitud a las elites y su institucionalidad. Mayores cuotas de justicia, mayores cuotas de derechos para los pueblos, sí se fueron obteniendo cuando la movilización social irrumpe en las calles de todo el país, y que solo la pandemia y la crisis sanitaria frenó.
Este proceso tantas veces postergado que, incluso estaban en las propuestas de los programas de los gobiernos civiles posdictadura, recién se retoman ahora tras el llamado estallido social que devino en revuelta popular. En ese sentido, liberar a los presos políticos de la revuelta es un reto de justicia.
Segundo, es evidente que en los procesos de juzgamiento a los presos políticos ha habido criterios políticos, presiones del Ejecutivo y una serie de comportamientos, acciones y discursos que hablan de criterios aplicados no justos. Un ejemplo en ese sentido es el episodio de detención de un grupo de 44 personas de la llamada “primera línea” antes de que comenzara la manifestación. En el marco de una redada preventiva de Carabineros son detenidos, es decir fueron detenidos por “pensar cometer un delito”. Esta situación avergonzaría a cualquier penalista y transgrede toda lógica. Y cuando un juez los liberó, fue ni más ni menos que el propio Ministro del Interior y Seguridad Pública, Gonzalo Blumel Mac Iver el que presionó de esta conducta y obtuvo de la Corte de Apelaciones la revocación del fallo de juez.
Por ello, el paso dado es de suma importancia, pero es un paso que aún no asegura que haya retrocesos. Es un paso valioso, pero solo un paso que obliga a mantenerse alertas, a no olvidar a todos aquellos detenidos por demandar mayores condiciones de justicia para todos los pueblos que habitan nuestro territorio y a continuar movilizados exigiendo la libertad de todos los presos políticos de la revuelta, pero de igual manera, Verdad, Justicia y Reparación para todos quienes sufrieron la política de castigo desatada por el Estado.
CODEPU
11 de agosto 2021