El General Director de Carabineros, Mario Rozas Córdova, no logra estar a la altura de las responsabilidades que le exige estar al mando de la institución policial.
La seguidilla de acontecimientos que ponen en tela de juicio a la policía uniformada se extiende ya por demasiados meses.
La reciente orden de cambio de nombre a la Academia de Ciencias Policiales es impresentable, un verdadero disparate. El nombre elegido es el de Rodolfo Stange Oelckers, un exGeneral Director de la institución y exintegrante de la Junta Militar de la dictadura de Augusto Pinochet, entre 1985 y 1990.
Sabido es que, Stange protegió a los responsables y ejecutores del asesinato de José Manuel Parada, Manuel Guerrero y Santiago Nattino, crímenes recordado como caso Degollados y estuvo acusado de incumplimiento de deberes militares. Stange se negó a renunciar a su cargo, en 1994, cuando le fue exigido públicamente por el entonces presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Respaldado por la Constitución dictatorial respondió “yo no renuncio”.
Rodolfo Stange, mientras vistió el uniforme tiene un historial conexo a situaciones en que se violaron los derechos humanos, y en los últimos años ha defendido rigurosamente las ideas y acciones criminales de la dictadura.
Ante estos acontecimientos la responsabilidad del actual jefe de Carabineros, Mario Rozas es evidente, y su decisión de renombrar la academia policial deja planteada la pregunta de si las autoridades civiles, Ministro del Interior y el Presidente, conocían previamente del renombramiento.
El actuar de la policía uniformada en los últimos meses ha sido cuestionado por las organizaciones sociales y también por instancias internacionales observadoras del pleno respeto a los derechos humanos. La conclusión de las denuncias y las recomendaciones a la institución policial indican la imperiosa necesidad de refundar Carabineros de Chile sobre la base del pleno respeto de los derechos humanos como filosofía y doctrina.
Precisamente, por la necesidad de refundar Carabineros es que el homenaje a Stange realizado por el actual General Director, Mario Rozas, adquiere la gravedad que se le asigna, pues evidencia la voluntad de persistir en la formación de las nuevas generaciones policiales en el negacionismo de las violaciones a los derechos humanos y en una doctrina propia de la dictadura.
Ante lo ocurrido, se justifica la reacción indignada de los familiares de las víctimas de la represión dictatorial; la de quienes lucharon en contra de la dictadura; y de todos aquellos que piensan que Chile requiere de cambios profundos que traigan más justicia social y pleno respeto a los derechos humanos, sociales, económicos y culturales.
CODEPU hace suyas la indignación y las exigencias de justicia de todas y todos.
Chile y las organizaciones sociales y populares tienen memoria y aspiraciones de un país justo para todas y todos los que lo habitan.
El General Director de Carabineros, Mario Rozas, debe renunciar.
CODEPU
Agosto, 20 de 2020