Este 8 de noviembre se cumplieron 39 años de la fundación del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEPU que pensábamos conmemorar con un conversatorio y quizá un pequeño cóctel.
Nada hacía presagiar que los casi 40 años de existencia los “celebraríamos” concurriendo a la Fiscalía Nacional para demandar la designación de un fiscal que unifique la investigación a las brutales violaciones a los derechos humanos cometidas por militares y policías en estas semanas de revuelta popular. Días y noches de protestas que han hecho trizas el espejismo de oasis neoliberal de Sudamérica y que han destapado la ira acumulada por nuestro pueblo en década de abusos e injusticias.
En este aniversario nos asaltan sentimientos encontrados.
Por una parte, nos apena que en estas décadas los avances en materia de respeto a los derechos humanos sean tan frágiles, que a la primera convulsión social de envergadura los agentes del Estado se sientan en libertad de cometer todo tipo de brutalidades en contra de la población que demanda sus derechos.
Por otra, debemos reconocer que estamos contentos. La vieja institución de batalla, fundada en los años 80 se ha vitalizado y respondido a las demandas de auxilio de su pueblo en lucha. Esa es la esencia de la fundación de CODEPU: acudir en defensa de quienes no tenían ninguna y juntos alentar la organización autónoma de la gente e ir en auxilio de las víctimas y fortalecer en ellas sus capacidades de resiliencia. Para constituirnos en espacio de acogida y de movilización de todas y todos quienes deseen aportar a la lucha popular.
En nuestra memoria están quienes nos precedieron y rindieron la vida en la larga batalla contra la dictadura, construyendo una historia que nos enorgullece y también nos desafía. Por de pronto a persistir y acompañar y aportar a las luchas del presente con todo el entusiasmo posible.
En mi nombre y del directorio reciban todas y todos un saludo fraternal
Luis Arellano Pastenes
Presiden