EN EMOTIVO ACTO, FABIOLA LETELIER RECIBIÓ PREMIO NACIONAL DE DD.HH

En emotivo y masivo acto, Fabiola Letelier del Solar recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos 2018. El acto de entrega de la premiación se realizó en el Museo de Bellas Artes y la masiva presencia solo se puede entender por el reconocimiento a su extensa trayectoria como abogada defensora de los derechos humanos y la lucha que protagonizó contra el terrorismo de Estado impuesto por la dictadura cívico-militar. Así quedó demostrado en las expresiones de muchos de los asistentes y en los propios señalamientos que hizo el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), institución que le otorgó el reconocimiento.

Fabiola Letelier tras la imposición por la fuerza de la dictadura se desempeñó en el primer organismo de defensa de los perseguidos, el Comité Pro Paz, luego en la Vicaría de la Solidaridad, y en noviembre de 1980, junto a la religiosa Blanca Rengifo co-fundó y encabezó por casi una década el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU).

En su discurso de agradecimiento, la abogada hizo especial mención de Blanca Rengifo y del sacerdote Rafael Maroto con quien compartió en el directorio de CODEPU. Momento en el cual los asistentes irrumpen en prolongados aplausos. Con ellos y junto a muchos otras personalidades y dirigentes sociales y de organizaciones víctimas de la represión se constituyó una particular organización cuya orientación principal fue la denuncia de la violación de los derechos humanos, la conquista de la libertad y la convicción de que los derechos se alcanzan por el pueblo organizado y en movilización permanente.
Por ello, en tiempos dictatoriales, desde el CODEPU no solo se asumió la defensa jurídica de presos políticos y perseguidos, o la asistencia a familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, y la denuncia de la tortura sino que también se coordinó colectivos de activistas de diferentes frentes sociales se impulsó la educación popular y se contribuyó a generar un proceso de unidad de las fuerzas antidictatoriales y en especial de la izquierda que, en un momento de la larga lucha popular daría nacimiento al Movimiento Democrático Popular (MDP).

Al frente del CODEPU Fabiola Letelier fue más que una abogada. “La historia me obligó -expresó en su discurso- a vivir como una luchadora social, y hoy puedo decir que estoy contenta con mi vida, aunque haya sido dura”.
Durante la ceremonia, Fabiola Letelier leyó un emotivo discurso, acompañada en el escenario por su nieta, en el que recordó duros pasajes de la dictadura, hizo énfasis en el valor de las mujeres en el Chile democrático, y recordó la figura de su hermano, Orlando Letelier, asesinado en Estados Unidos por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). “Tus recuerdos y tus palabras me impulsaron a mantenerme firme. Yo no podía fallar a su memoria”, rememoró emocionada la Premio Nacional de Derechos Humanos 2018.

Por su parte la directora del INDH, Consuelo Contreras, agradeció la labor de Fabiola, señalando “gracias por tu lucha sin tregua por la verdad y la justicia, te enfrentaste a los principales poderes que una dictadura puede tener, su policía secreta, responsables de graves violaciones a derechos humanos, tales como asesinatos, secuestros y torturas. Para ello se requiere mucha fuerza, valentía y compromiso”.

“Fabiola pertenece a una estirpe de mujeres valientes y luchadoras, que a través de la historia han contribuido a hacer de Chile un mejor país. Ahora ella entrega su legado a otras, a las niñas y mujeres que hoy luchan y reivindican sus derechos en sus casas, en la calle, en las escuelas, en los trabajos, en las universidades, en sus relaciones de pareja, un ejemplo de vida que la hace merecedora de este premio”, sostuvo Contreras.

Tras una destacada presentación musical finalizó la premiación, y Fabiola Letelier se dio el tiempo para recibir las felicitaciones y agradecimientos de muchos de los asistentes, quienes quisieron acompañarla en este merecido reconocimiento, acordarse de la historia que protagonizaron juntos y por supuesto recordar a tantos ausentes.