Querellas para conocer la real dimensión del terrorismo de Estado

Decenas de sobrevivientes de diversos centros clandestinos de secuestro y tortura, apoyados por CODEPU, han interpuesto querellas por tortura. En sus testimonios se revelan sitios de detención no conocidos hasta ahora y nuevas identidades de torturadores que permiten ir completando la intrincada maraña represiva de la dictadura cívico-militar.

El día 21 de diciembre de 2015 CODEPU presentó una querella por el secuestro y tortura de 21 mujeres de Punta Arenas, todas ellas menores de edad en el momento de la detención. Cuarenta y tres años después de los hechos, lograron reunirse y armarse de valor para denunciar las brutalidades de que fueron objeto en el interior del Regimiento de Ojo Bueno de la ciudad, entre ellas la simulación de sepultación en vida. En las torturas se habrían involucrado civiles, militantes del grupo ultraderechista “Patria y Libertad”.

Otra de las demandas aborda lo sucedido, en octubre de 1973, al interior del hospital Barros Luco-Trudeau, cuando una treintena de estudiantes de medicina y enfermería, que se reintegraban a sus labores fueron confinados, en el departamento de Anatomía Patológica del recinto

Por su parte, un integrante de la FACH revela en su testimonio el uso que se le dió a la capilla de la Academia de Guerra Aérea, AGA, ocupándola para torturar y efectuar colgamientos de prisioneros.

En las querellas se afinan detalles sobre el funcionamiento de otros reductos menos conocidos, como “La Firma”, la ex imprenta de El Clarín ubicada en calle Dieciocho, recinto operado por Carabineros. El lugar habría comenzado a operar como centro de secuestro y tortura un año antes de lo que se conocía hasta la fecha (o sea en 1974 y no en 1975 como lo consigna la Comisión Valech).

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Juanita Méndez, secretaria ejecutiva de CODEPU, resalta el valor de estas demandas para ir desentrañando la telaraña represiva de la dictadura, e ir dimensionando la real envergadura del terrorismo de Estado. Con ellas la institución busca además identificar y castigar a represores que hasta ahora no han sido sometidos a juicio. “Estas son querellas para establecer verdad y lograr justicia”, enfatizó la abogada, destacando la valentía de los querellantes al brindar sus testimonios y someterse a los interrogatorios de la policía y los peritajes forenses, reviviendo recuerdos muy dolorosos.

Reuniones psico-jurídicas

La recopilación de testimonios es una tarea compleja, que debe ser abordada en conjunto por los profesionales del Equipo Jurídico y los de Salud Mental de la institución. Los querellantes sufren evidentes manifestaciones de stress al revivir en el relato los eventos de tortura y maltrato de que fueron víctimas.

Los profesionales de CODEPU deben apoyar a las víctimas para que no se sientan temerosas de los trámites que deben realizar. Se les orienta en técnicas que les permitan manejar sus síntomas y molestias. Los integrantes del Equipo Jurídico acompañan a los testimoniantes a los careos, la ratificación de las querellas, las pesquisas que deben realizar la Policía de Investigaciones y la evaluación en el Servicio Médico Legal.

Presentar y tramitar este tipo de querellas por tortura no es fácil, pero en la medida que contribuyan a conocer la verdad, lograr justicia y eventualmente reparación a las víctimas, representan un aporte para hacer más difícil la repetición de estos crímenes en el futuro.

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